viernes, 21 de agosto de 2009

Dijo "papá"

Ojalá que ese amigo de él no me diga otra vez el chiste del burro porque ya de tanto achicar los ojos y mirarlo de lejos, como examinando, por no saber si reír exigidamente o arrancarme del sitio de un tirón y salir por la puerta…me vuelvo vizca.
Esperaba historias nuevas: que me cuente las especies de los árboles que hay ahí fuera o los años en los que se hicieron las casas del barrio de más allá de las vías del tren, pasando la parte de la bicisenda. Algunas bicisendas del pueblo tienen nombre de personas y los contenedores de basura los nombres alguna promoción del colegio comercial.
En la panadería la señora que atendía siempre se jubiló. La que está ahora, cuando está de humor habla mucho. En cuanto me agota miro a los costados, a ver si se entera. Su cara se agranda a veces, como una sandía. Le empiezo a ver cara de sandía y mejor me enfoco, porque sino…
Al tercer día que lo fui a ver me hablaba de cuando perdieron no sé cuál campeonato. Lo amo más todavía cuando se detiene en los detalles de los apellidos de los que jugaban con él y cuando nombra también por apellido a las personas que viven en la cuadra donde funcionan la Asociación Voluntaria de Bomberos del pueblo. También cuando hablamos de los dueños de las casas por las que vamos pasando mientras caminamos y nos ocupamos de analizar las aberturas elegidas, los colores de las fachadas, la ubicación de los frentes, los terrenos que son más escuetos y entonces ahí los arquitectos hacen sus artimañas y chanflean las puertas, como si no nos diéramos cuenta…
Me contó que su amigo R. está mejor, pero ya no puede jugar al paddle. Y que ahora consiguieron más gente para el grupo de los que alquilan el club, así no lo cierran. Y que esa noche vamos a ir a cenar con unos amigos después de su clase de tango. En el restaurant-parrilla de la ruta al lado de un hotel, elegimos la mesa que da contra la pared y está la foto del dueño con un ganadero fuerte por prepotencia de hectáreas. Será que es amigo del juez, también.
Le diré un día, sin vergüenza, que me la paso muy bien ahí, mientras acomodo los escombros de una casa que nunca se va a caer del todo, mientras me alcanza el recuerdo y aprendo un abrazo, mientras planeo sobre los pensamientos y a veces lloro, mientras las siestas detienen el tiempo.

1 comentario:

  1. Hola!!!!!!!!!

    A veces la vida nos depara sorpresa, pero observa bien para no cometer los mismos errores, es que los seres humanos nos aburrimos de escuchar siempre lo mismo, por eso tenemos que ser nosotros para cambiar, jijiji, para poder encantarte tuve que ir hasta España, volver a Pehuajo y de ahí a tu casa, estoy participando en el mismo concurso que vos…….
    Un besote y abrazo de oso.

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